ReAct Latinoamérica

Por un mundo libre de infecciones intratables

Salud en Manos de la Comunidad

En América Latina, las comunidades han sido protagonistas silenciosas pero firmes en la defensa de la salud. Allí donde los sistemas sanitarios no llegan o lo hacen de manera desigual, se levantan redes de cuidado, saberes compartidos y acciones colectivas que transforman la vida cotidiana.

Frente a desafíos como la resistencia a los antimicrobianos (RAM) o las profundas desigualdades sociales, el empoderamiento comunitario no es solo deseable: es urgente. Este enfoque, cuando se entrelaza con el paradigma Una Salud, abre caminos para una sanación que integra lo humano, lo ambiental y lo microbiano en una misma trama de vida.

Desde los organismos internacionales y los gobiernos, se han impulsado los Planes de Acción Nacional, como entes multisectoriales para impulsar acciones para la contención de la RAM. No obstante, la verticalidad de las acciones y la definición de políticas dejan por fuera a las comunidades, siendo ellas quienes deben empoderarse y sostener los procesos.

Más allá de hospitales y recetas, el uso de antibióticos está atravesado por prácticas culturales, condiciones de vida y relaciones de poder. En el documento «Comunidades y antibióticos», se propone una metodología para construir planes de acción comunitarios que integren la voz y experiencia de los territorios en la contención de la RAM.

A través de procesos participativos, educativos e intersectoriales, se fortalecen capacidades locales y se promueve un cambio de paradigma: del control desde arriba, al cuidado compartido. Estos planes son una invitación a reconocer que el saber popular y la organización social también salvan vidas.

El cuidado de la salud no puede limitarse a estructuras técnicas. Necesita alma, rostro y territorio. En el Programa Internacional de Formación en Atención Primaria de Salud, se subraya la importancia de formar talentos humanos con compromiso social y arraigo comunitario. Esto implica pensar sistemas de salud no solo como redes de atención, sino como expresiones de soberanía popular.

Asimismo, los documentos «Encuentro por el derecho de los pueblos a la salud y la vida» y «La lucha de los pueblos por su salud y liberación en América Latina» recuperan décadas de organización comunitaria en defensa de la vida. Desde los barrios hasta las montañas, las comunidades han construido modelos alternativos de salud, con enfoques integrales, interculturales y participativos. Son semillas que, si se riegan con políticas públicas justas, pueden florecer en sistemas verdaderamente humanos.

La resistencia a los antimicrobianos no ocurre en el vacío. Es una expresión de las inequidades estructurales que afectan a millones: acceso limitado a agua segura, viviendas inadecuadas, atención médica fragmentada.

En «La RAM: mucho más que un problema médico», «Inequidades, enfermedades y uso de antibióticos» y «Análisis de la importancia del género en la RBA», se plantea que para abordar la RAM de forma efectiva hay que mirar más allá del laboratorio y centrarse en los determinantes sociales de la salud.

Existe la suficiente evidencia que demuestra cómo las mujeres, las poblaciones rurales, y quienes viven en pobreza experimentan la salud desde un lugar de vulnerabilidad persistente. La propuesta: una salud que empiece por la justicia social, teniendo en cuenta a la comunidad y sus particularidades como sujetos de derechos.

Para alcanzar con éxito muchos de los objetivos mundiales de desarrollo sostenible (ODS) en la Agenda 2030, es necesario disponer de antibióticos eficaces.

Comunidad y Salud: un enfoque, muchas voces

La salud no se construye en soledad, ni se impone desde arriba. Nace del encuentro entre saberes, del cuidado mutuo, de las decisiones colectivas que emergen desde las comunidades. En cada territorio, hombres, mujeres, jóvenes, personas mayores y saberes ancestrales levantan su voz para defender el derecho a una vida digna y saludable. Reconocer esas voces diversas es clave para transformar los sistemas sanitarios, contener la resistencia a los antimicrobianos y avanzar hacia un modelo de salud más justo, humano y sostenible. Bajo el enfoque Una Salud, la comunidad no es un destinatario: es protagonista.

Artistas locales de La Chimba, Ecuador, interpretan canciones por la vida y la salud de la Madre Tierra.