
22 de Marzo: Día Mundial del Agua

El agua es la vida; el 70% de la superficie terrestre es agua, el 70% del peso corporal de un humano al nacer es agua y el 55% en una persona adulta. Toda la vida en el planeta depende de la existencia vital del agua.
El calentamiento global, que hace que cada vez se alteren aún más los ciclos del agua provocando escasez en unos casos e inundaciones en otros, la explotación de recursos naturales por la injerencia de empresas que utilizan agua en abundancia o ponen en riesgo las fuentes, la gestión económica y política que pretende privatizar el agua para tener un control absoluto del recurso y la contaminación del agua con contaminantes emergentes hacen que el acceso al líquido vital por parte de las seres vivos sea cada vez menor y de menor calidad, poniendo en riesgo la continuidad de la vida sobre el planeta.
De acuerdo a datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF, 3 de cada 10 personas carecen de acceso a agua potable, y 6 de cada 10 carecen de saneamiento seguro, esto ha dado como resultado que aproximadamente 361000 niños menores de cinco años mueran cada año de diarrea, y se desaten enfermedades de transmisión como cólera, disentería, hepatitis A y fiebre tifoidea [1].
El agua y la propagación de la resistencia bacteriana
Se estima que 494 millones de casos de diarrea son tratados con antibióticos cada año en Brasil, Indonesia, India y Nigeria. El acceso al agua potable y al saneamiento en estos cuatro países podría reducir significativamente este número en un 60% [2].
La fiebre tifoidea afecta a millones de personas cada año y es causada por la bacteria Salmonella Typhi y se propaga a través del agua y el consumo de alimentos contaminados con materia fecal. Actualmente esta epidemia de S. Typhi, resistente a múltiples fármacos, se extiende por alguna partes de África [3].
Por otro lado, la contaminación del agua debido a la falta de protocolos de regulación o recolección de desechos tóxicos, va en aumento. Análisis realizados han encontrado contaminantes emergentes (CE) en las aguas residuales: restos de fármacos de uso humano y veterinario, plaguicidas, pesticidas, surfactantes, antisépticos, etc. [4]. Muchos genes de bacterias patógenas resistentes provienen de bacterias del medio ambiente. Los antibióticos liberados en el medio ambiente favorecen la aparición de estos genes de resistencia.
Como consecuencia, se han encontrado altas concentraciones de antibióticos en las vías fluviales cercanas a las fábricas de estos fármacos. Se encontró que una planta de aguas residuales en la India, que recibe las descargas de más 90 fabricantes de medicamentos, libera en el río cerca de 45 kg (99 libras) de ciprofloxacina todos los días. En comparación, el consumo diario en Suecia es 9 kg por día [5].
Se han detectado antibióticos y bacterias resistentes en el suelo y el agua potable. Los genes de resistencia se multipli- can en los sedimentos de ríos cercanos a las plantas de tratamiento de aguas residuales [6].
Acciones urgentes
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha elaborado un Plan de Acción Global sobre la Resistencia a los Antimicrobianos (RAM), el cual fue adoptado por todos los Estados Miembros en la Asamblea Mundial de la Salud en 2015. La Resistencia Bacteriana a los Antibióticos (RBA) también fue discutida en la Asamblea General de la ONU en 2016, donde los Estados Miembros reconocieron la magnitud de este problema global y adoptaron una Declaración Política para abordar el tema.
Uno de los cinco objetivos estratégicos del Plan de Acción Global es prevenir las enfermedades infecciosas a través del saneamiento ambiental, la higiene y el acceso al agua potable, lo que reduciría el uso de antibióticos en la población y evitaría la propagación de bacterias resistentes a los antibióticos.

Para ello es necesario implementar algunas acciones, entre otras:
Avanzar en los esfuerzos para implementar mecanismos para garantizar el acceso al agua potable y saneamiento seguro, con agua de calidad y garantizando el abastecimiento. Así mismo, con la instalación de infraestructura sanitaria adecuada para evitar la transmisión de enfermedades.
Implementar controles y tecnología en el tratamiento de las aguas residuales, para evitar que las plantas de tratamiento, industrias farmacéuticas, hospitales, etc., no liberen al medio ambiente antibióticos y bacterias resistentes, asegurando así que la calidad de agua que sea devuelta a los cauces de los ríos cumpla con estándares que eviten la propagación de la resistencia bacteriana.
Referencias
[1] OMS. 2100 millones de personas carecen de agua potable en el hogar y más del doble no disponen de saneamiento seguro. Publicado el 12 de julio de 2017. Revisado el 21 de marzo de 2018. http://www.who.int/mediacentre/news/releases/2017/water-sanitation-hygiene/es/
[2] The Review on Antimicrobial Resistance. Infection Prevention, Control and Surveillance: Limiting the Development and Spread of Drug Resistance. (2016).
[3] Wong, V. K. et al. Phylogeographical analysis of the dominant multidrug-resistant H58 clade of Salmonella Typhi identi es inter and intracontinental transmission events. Nat. Genet. 47, 632-639 (2015).
[4] Ainia, Centro tecnológico. Restos de antibióticos en aguas: El problema de los contaminantes emergentes. Revisado el 21 de marzo de 2018. http://www.ainia.es/noticias/restos-de-antibioticos-en-aguas-el-problema-de-los-contaminantes-emergentes/
[5] Larsson, D. G. J. et al. Ef uent from drug manufactures contains extremely high levels of pharmaceuticals. J. Hazard. Mater. 148, 751-755 (2007).
[6] Kristiansson, E. et al. Pyrosequencing of antibiotic-contaminated river sediments reveals high levels of resistance and gene transfer elements. PLoS One 6, e17038 (2011).