Uso de mascarillas en la comunidad
Desde el inicio de la pandemia provocada por el SARS-CoV2, nuevo integrante de la familia de los coronavirus, el pánico y la incertidumbre se apoderó de la población que vio amenazada su salud y su vida. El acaparamiento de elementos considerados necesarios para la protección personal: papel higiénico, alcohol y geles desinfectantes, guantes de látex y mascarillas (barbijos), provocó el desabastecimiento en los sistemas de salud, que puso en riesgo la seguridad de su personal y la labor de la atención hospitalaria.
Al tratarse de una nueva enfermedad, sumado a la alta capacidad de contagiosidad y propagación del virus, la gravedad de los cuadros clínicos de la enfermedad en un porcentaje significativo de pacientes, superó la capacidad operativa de la mayoría de los sistemas de salud del mundo, teniendo que cambiar las estrategias de contención en la marcha. Sin embargo, no cabe duda que el lavado de manos, el distanciamiento social y el uso masivo de mascarillas, forman parte inamovible de las estrategias para frenar la propagación del virus.
Países como la República Checa, que desde el inicio de la pandemia tomaron la decisión de adoptar, junto con el distanciamiento social, el confinamiento, el lavado de manos, el uso masivo de mascarillas, para situaciones en las que la población debe salir de casa, sugieren que la aplicación de estas estrategias han contribuido positivamente para frenar la transmisión del virus en la población.
No obstante, la alta demanda de los equipos de protección personal (EPP) superó la capacidad de producción. La escasez de materiales homologados, priorizados para el personal de salud por tratarse de población de alto riesgo al estar en contacto directo con pacientes de la Covid-19, reduce la posibilidad del uso masivo de protección para la población.Frente a esto, en varios países se ha promovido la confección de mascarillas caseras con ciertos estándares para garantizar la protección. Volviendo al caso de la República Checa, su gobierno motivó la confección solidaria y distribución gratuita de estas mascarillas en centros comunitarios incluyendo grupos de personas de la tercera edad. Según las propias indicaciones del Ministro de Salud de ese país, consideran que trabajando la población en la confección de las mascarillas, se pueden fabricar en 3 días mascarillas para una población de hasta 10 millones.
Según un estudio de la revista Disaster Medicine and Public Health Preparedness realizado en 2013 indican que la efectividad de las mascarillas quirúrgicas son más efectivas, destacando que las mascarillas caseras reducen de forma significativa la salida de los microorganismos expulsados al momento de estornudar.
Sin embargo, pese a la posibilidad del uso de mascarillas caseras para frenar la propagación del virus, ésta es una medida adicional que no debe reemplazar al distanciamiento social y al lavado frecuente de las manos.
El aislamiento en casa por el momento es la medida vigente en la mayoría de países para contener la curva de ascenso de la propagación de la enfermedad, sin embargo, se debe ir planteando las posibilidades de acciones posteriores al encierro. La recomendación de mantener los dos metros de distancia con otras personas, debe ser la prioridad.
Para conocer más acerca del uso adecuado de mascarillas, tipos de mascarillas, colocación, retiro y elaboración de mascarillas comunitarias, puede descargar el siguiente documento y ayudar a empoderar a la comunidad en en el cuidado de la salud frente a la CoVid-19.
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